Resumen
&171; Creo que un escritor es responsable incluso de lo que no escribe.
El texto se abre al texto a través de la pregunta que se hace y que nos hace.
Responde &8212;o intenta responder a nuestra espera respondiendo de sí.
La práctica del texto es práctica del ser.
Ahondar en la palabra, es ahondar en uno.
Soy aquel que escribo &8212;que se escribe con las palabras que me escriben.
Soy lenguaje &8212; de la lengua su bagaje&8212;.
Soy la palabra que me expresa expresándose.
Escribir es responder a todas las voces insistentes del pasado y a la de uno mismo; voz profunda, íntima, que interpela al porvenir.
Lo que creo, oigo y siento está en mis textos que lo dicen &8212;sin llegar, en ocasiones, a decirlo del todo &8212;.
¿Pero qué no decimos del todo en lo que decimos? ¿Lo que intentamos callar, lo que no podemos o no queremos decir o bien, precisamente, lo que queremos decir y que todo lo que decimos disimula, diciéndolo de otro modo?
De ese no-dicho somos gravemente responsables. &187;<