Resumen
Por fin, quienes se atrevan a cometer alguno o algunos de los crímenes que más nos pueden avergonzar como personas por ser contra la humanidad, han de saber ya sin excusa alguna que sus actos no van a quedar impunes. El Tribunal Penal Internacional les va a juzgar. También jurídicamente cabe manifestar una gran alegría porque esto se haya producido, sin perjuicio de que lamentablemente países importantes del mundo no lo hayan aceptado aún.
Ello no empece para mostrar un cierto desencanto por las normas procesales que regulan su funcionamiento. Producto del consenso y mezcla de varios sistemas procesales, el proceso penal ante el Tribunal Penal Internacional deja mucho que desear en cuanto a su regulación. Hay dificultades relevantes para interpretar correctamente muchas de sus normas, hay lagunas claras, hay contradicciones flagrantes, hay, en suma y sobre todo, una gran desconfianza latente en el juego procesal que sus diversas instituciones deben realizar para llegar a un final satisfactorio, haya condena, haya absolución.
