Resumen
Los autores de Una concepción prudencial del Derecho tratamos de despertar en el lector el ansiade conocer los Derechos. Nos gustaría que nuestros lectores sintieran ganas de ser exploradores dela selva jurídica, de ser agricultores del jardín jurídico, tejedores del telar jurídico, arquitectos de laciudad jurídica, médicos de la medicina jurídica. Puede ocurrir que, después de leernos, algúnfabricante de errores jurídicos se sienta avergonzado de ellos y los abandone. Pero no es eso lo quepretendemos. No buscamos la sumisión de nadie. Buscamos la verdad; y ni siquiera toda ella, sinosólo las verdades que abren paso a la bondad y la belleza; y ni siquiera todas ellas, sino sólo las queabren camino a la justicia; y ni siquiera toda ella, sino la estancia de ella que enseña y da fuerzaspara poder reconocer, declarar y dar a cada uno lo suyo, su Derecho. Y buscamos todo eso, en fin,con una suerte de optimismo realista de estirpe iheringiana y tomista, pues entendemos que latristeza es un vicio (tristitia ponitur vitium) y la alegría un acto de amor (gaudium actus caritatis); y quepor eso la Jurisprudencia no deja de ser seria (Ernst) si sazona su discurso con un poco de broma(Scherz).